La compra pública como un motor de sostenibilidad: objeto del taller de la iniciativa “Administración pública y empresa sostenible”

En el taller propuesto desde la iniciativa de Administración pública y empresa sostenible, la compra pública fue presentada como un eje estratégico para promover políticas públicas que trasciendan el ámbito económico y generen impacto social, ambiental y gubernamental. En este encuentro, Luis Bentué Andreu (Ayuntamiento de Zaragoza) destacó la capacidad de la compra pública de influir en el empleo, la sostenibilidad y la transparencia, así como su papel central en el desarrollo de un buen gobierno. Se planteó que las contrataciones públicas deben incorporar cláusulas sociales y ambientales claras, logrando que estas condiciones no sean solo lineamientos, sino elementos transformadores de las dinámicas económicas y sociales

Además, se enfatizó la necesidad de que la sociedad civil participe en estos procesos a través de espacios formales como foros, consejos y seminarios, que permitan articular demandas y propuestas concretas en temas como el consumo justo, la economía social y la igualdad de género.Un punto central fue la importancia de que las normativas que rigen estos procesos apunten a la eficiencia, la transparencia y la innovación. Al mismo tiempo, se subrayó que el contexto tecnológico y la digitalización deben considerarse para mejorar continuamente las políticas públicas, optimizando su impacto en una sociedad cada vez más dinámica.

A pesar de los beneficios que se pueden obtener de una compra pública bien estructurada, se identificaron obstáculos importantes. Entre ellos,  la complejidad que implica la aplicación de estas políticas en contratos de obras y servicios, así como la dificultad de garantizar el control efectivo de las condiciones estipuladas en los acuerdos.

Se reflexionó también sobre la necesidad de establecer criterios claros y objetivos para evaluar el impacto de las políticas públicas, evitando procesos burocráticos que generen cargas innecesarias para las empresas. Además, se señaló que, aunque las organizaciones privadas están avanzando hacia modelos más responsables, falta un reconocimiento suficiente a estos esfuerzos desde las políticas públicas, lo que limita su alcance.

Finalmente, se insistió en que los desafíos técnicos no solo deben resolverse a través de regulaciones más precisas, sino mediante un diálogo constante y constructivo entre todos los actores involucrados: solo a través de la colaboración se podrá consolidar la compra pública como una herramienta efectiva para la transformación social, alineada con las necesidades y aspiraciones de la sociedad.

La conclusión del taller fue clara: el potencial de la compra pública radica en su capacidad para ser un motor de cambio, siempre que se logre articular el compromiso de las instituciones, la ciudadanía y el sector privado en torno a objetivos comunes.

La compra pública como un motor de sostenibilidad: objeto del taller de la iniciativa “Administración pública y empresa sostenible”

En el taller propuesto desde la iniciativa de Administración pública y empresa sostenible, la compra pública fue presentada como un eje estratégico para promover políticas públicas que trasciendan el ámbito económico y generen impacto social, ambiental y gubernamental. En este encuentro, Luis Bentué Andreu (Ayuntamiento de Zaragoza) destacó la capacidad de la compra pública de influir en el empleo, la sostenibilidad y la transparencia, así como su papel central en el desarrollo de un buen gobierno.

Se planteó que las contrataciones públicas deben incorporar cláusulas sociales y ambientales claras, logrando que estas condiciones no sean solo lineamientos, sino elementos transformadores de las dinámicas económicas y sociales. Además, se enfatizó la necesidad de que la sociedad civil participe en estos procesos a través de espacios formales como foros, consejos y seminarios, que permitan articular demandas y propuestas concretas en temas como el consumo justo, la economía social y la igualdad de género.

Un punto central fue la importancia de que las normativas que rigen estos procesos apunten a la eficiencia, la transparencia y la innovación. Al mismo tiempo, se subrayó que el contexto tecnológico y la digitalización deben considerarse para mejorar continuamente las políticas públicas, optimizando su impacto en una sociedad cada vez más dinámica.

A pesar de los beneficios que se pueden obtener de una compra pública bien estructurada, se identificaron obstáculos importantes. Entre ellos,  la complejidad que implica la aplicación de estas políticas en contratos de obras y servicios, así como la dificultad de garantizar el control efectivo de las condiciones estipuladas en los acuerdos.

Se reflexionó también sobre la necesidad de establecer criterios claros y objetivos para evaluar el impacto de las políticas públicas, evitando procesos burocráticos que generen cargas innecesarias para las empresas. Además, se señaló que, aunque las organizaciones privadas están avanzando hacia modelos más responsables, falta un reconocimiento suficiente a estos esfuerzos desde las políticas públicas, lo que limita su alcance.

Finalmente, se insistió en que los desafíos técnicos no solo deben resolverse a través de regulaciones más precisas, sino mediante un diálogo constante y constructivo entre todos los actores involucrados: solo a través de la colaboración se podrá consolidar la compra pública como una herramienta efectiva para la transformación social, alineada con las necesidades y aspiraciones de la sociedad.

La conclusión del taller fue clara: el potencial de la compra pública radica en su capacidad para ser un motor de cambio, siempre que se logre articular el compromiso de las instituciones, la ciudadanía y el sector privado en torno a objetivos comunes.