El acceso a la vivienda, un reto para el contrato social

El acceso a la vivienda, un reto para el contrato social

El pasado miércoles, 13 de marzo, junto con Ingeus organizamos una jornada sobre el acceso a la vivienda como un reto para el nuevo contrato social. El evento -que tuvo lugar en la Fundación Ortega y Marañon- se proponía abordar el papel que desempeñan las administraciones públicas, las empresas y el tercer sector en una temática que ha generado un amplio debate en la actualidad española.

El panel, moderado por Gregori Cascante, CEO de Ingeus, estuvo integrado por expertos y expertas de diversos campos, incluyendo a Antón Costas, presidente del Consejo Económico Social; Francisco Peréz, CEO de Culmia; Carme Trilla, presidenta de la Fundació Habita3; Pau Perez de Hacha, director de Vivienda Social y Asequible de la Sareb; y Cristina Monge, politóloga.

En sus palabras de bienvenida, Gregori Cascante explicó que el acceso a la vivienda se ha transformado en un problema irresoluble y constante, ya que es de carácter complejo e involucra muchas aristas, tanto políticas, económicas y técnicas: «Sin vivienda no hay vida digna y sin vivienda no hay contrato social justo y equilibrado», dijo.

El pasado miércoles, 13 de marzo, junto con Ingeus organizamos una jornada sobre el acceso a la vivienda como un reto para el nuevo contrato social. El evento -que tuvo lugar en la Fundación Ortega y Marañon- se proponía abordar el papel que desempeñan las administraciones públicas, las empresas y el tercer sector en una temática que ha generado un amplio debate en la actualidad española.

El panel, moderado por Gregori Cascante, CEO de Ingeus, estuvo integrado por expertos y expertas de diversos campos, incluyendo a Antón Costas, presidente del Consejo Económico Social; Francisco Peréz, CEO de Culmia; Carme Trilla, presidenta de la Fundació Habita3; Pau Perez de Hacha, director de Vivienda Social y Asequible de la Sareb; y Cristina Monge, politóloga.

En sus palabras de bienvenida, Gregori Cascante explicó que el acceso a la vivienda se ha transformado en un problema irresoluble y constante, ya que es de carácter complejo e involucra muchas aristas, tanto políticas, económicas y técnicas: «Sin vivienda no hay vida digna y sin vivienda no hay contrato social justo y equilibrado», dijo.

La relación entre contrato social y vivienda social

En respuesta a la pregunta «¿Por qué cuando hablamos de contrato social tenemos que hablar de vivienda social?», Antón Costas ofreció un análisis completo y crítico: “La falta de vivienda de alquiler social y asequible es hoy por hoy un elemento perturbador en la vida española”, explicó.

Enumeró tres situaciones de preocupación significativa: en primer lugar, señaló que la falta de vivienda es una causa directa de la pobreza, especialmente entre los niños. Luego, hizo hincapié en la pérdida de dignidad y reconocimiento experimentada por las más de 28,000 personas que viven en las calles. Finalmente, resaltó el impacto social de la falta de emancipación de la juventud española, donde aproximadamente el 70% aún vive con sus padres, lo que repercute en diversas dinámicas sociales. “En definitiva, la falta de vivienda es un problema muy serio”, puntualizó Costas.

La falta de vivienda social asequible es una fábrica de pobreza, especialmente infantil. La mejor manera de juzgar a un país es como trata a su infancia y a su juventud.

– Antón Costas

Nuestro invitado examinó minuciosamente la relación entre la vivienda social y el contrato social, subrayando su importancia crucial en la configuración y estabilidad de una sociedad democrática: «La falta de vivienda disuelve el ‘pegamento’ que necesita una sociedad democrática para poder funcionar armoniosamente», dijo-. Al analizar el contrato social español desde la transición hasta la actualidad, Antón Costas destacó que varios totalitarismos, incluido el franquismo, tuvieron a la vivienda como elemento de extrema importancia en sus políticas y se preguntó sobre los motivos de la ausencia de este elemento en el contrato social post transición.

“La vivienda no está en las bases del estado de bienestar español y así lo demuestra el gasto mensual de las familias españolas” complementó Carme Trilla. «La vivienda ocupa un lugar muy central dentro del gasto familiar. En cambio, no pasa lo mismo si miramos los presupuestos públicos», puntualizó.

En cuanto a posibles soluciones, Costas destacó: “Es fundamental la construcción de un derecho fundamental a la vivienda”. Argumentó que este derecho no debería limitarse a un nivel prestacional, sino que debería convertirse en un pilar fundamental de la estructura social y económica, garantizando así que todas las personas tengan acceso a un alojamiento digno y contribuyan al bien común.

La relación entre contrato social y vivienda social

En respuesta a la pregunta «¿Por qué cuando hablamos de contrato social tenemos que hablar de vivienda social?», Antón Costas ofreció un análisis completo y crítico: “La falta de vivienda de alquiler social y asequible es hoy por hoy un elemento perturbador en la vida española”, explicó.

Enumeró tres situaciones de preocupación significativa: en primer lugar, señaló que la falta de vivienda es una causa directa de la pobreza, especialmente entre los niños. Luego, hizo hincapié en la pérdida de dignidad y reconocimiento experimentada por las más de 28,000 personas que viven en las calles. Finalmente, resaltó el impacto social de la falta de emancipación de la juventud española, donde aproximadamente el 70% aún vive con sus padres, lo que repercute en diversas dinámicas sociales. “En definitiva, la falta de vivienda es un problema muy serio”, puntualizó Costas.

La falta de vivienda social asequible es una fábrica de pobreza, especialmente infantil. La mejor manera de juzgar a un país es como trata a su infancia y a su juventud.

– Antón Costas

Nuestro invitado examinó minuciosamente la relación entre la vivienda social y el contrato social, subrayando su importancia crucial en la configuración y estabilidad de una sociedad democrática: «La falta de vivienda disuelve el ‘pegamento’ que necesita una sociedad democrática para poder funcionar armoniosamente», dijo-. Al analizar el contrato social español desde la transición hasta la actualidad, Antón Costas destacó que varios totalitarismos, incluido el franquismo, tuvieron a la vivienda como elemento de extrema importancia en sus políticas y se preguntó sobre los motivos de la ausencia de este elemento en el contrato social post transición.

“La vivienda no está en las bases del estado de bienestar español y así lo demuestra el gasto mensual de las familias españolas” complementó Carme Trilla. «La vivienda ocupa un lugar muy central dentro del gasto familiar. En cambio, no pasa lo mismo si miramos los presupuestos públicos», puntualizó.

En cuanto a posibles soluciones, Costas destacó: “Es fundamental la construcción de un derecho fundamental a la vivienda”. Argumentó que este derecho no debería limitarse a un nivel prestacional, sino que debería convertirse en un pilar fundamental de la estructura social y económica, garantizando así que todas las personas tengan acceso a un alojamiento digno y contribuyan al bien común.

La percepción ciudadana sobre el acceso a la vivienda

La intervención de Cristina Monge puso contexto y cifras sobre la percepción ciudadana respecto al acceso a la vivienda y las problemáticas derivadas. “Con los datos del CIS en la mano, la vivienda no está siendo ampliamente reconocida como un problema central en la narrativa social, a pesar de su impacto generalizado en la vida cotidiana de muchas personas”, explicó la politóloga.

¿A qué se debe esto? “La reflexión en torno a esta problemática ha estado más guiada por una dimensión personal en vez de social”, dijo Monge, y agregó: “El planteamiento de la vivienda como problema social está también asociado a cuestiones ideológicas, situándose e identificándolo como mucho más problemático las personas votantes de izquierdas”.

Pese a esto, en el último tiempo la temática del acceso a la vivienda ha generado activaciones y articulaciones por parte de la sociedad civil. “Por ejemplo aquí en España empieza a haber un movimiento hoy que está pidiendo una asamblea ciudadana de deliberación sobre el tema de la vivienda similar a la Asamblea Ciudadana por el clima que se celebró hace un par de años”, dijo Monge, “o en el Reino Unido ha surgido la alianza “Homes for us” que pide un mejor sistema de acceso a la vivienda en el país”.

“Sin duda es el momento de hacer políticas públicas ambiciosas”, concluyó, para luego preguntarse: “¿Quién puede responsabilizarse en estos momentos? ¿Quién y qué políticas deben ponerse en marcha?”, reflexionó la politóloga. “Las administraciones públicas por sí solas no pueden resolver este problema, se necesitan no solo colaboraciones entre lo público y lo privado, sino que también incluyan el tejido social”. En la misma línea, Carme Trilla habló de la urgencia de tomar medidas: “Hay que colocar el problema de vivienda en la agenda política porque afecta a la sociedad española y necesita nuevas fórmulas. Hay que ponerlo encima de la mesa, activarlo y volver a poner en marcha la maquinaria”.

Según datos del CIS, cuando se pregunta a la ciudadanía cuáles son los principales problemas del país, la vivienda está en la décima posición. Cuando se pregunta por los problemas personales, sube al cuarto puesto: la narrativa construida plantea el problema de la vivienda como una cuestión individual, sin elevarla a la dimensión social.

– Cristina Monge

La percepción ciudadana sobre el acceso a la vivienda

La intervención de Cristina Monge puso contexto y cifras sobre la percepción ciudadana respecto al acceso a la vivienda y las problemáticas derivadas. “Con los datos del CIS en la mano, la vivienda no está siendo ampliamente reconocida como un problema central en la narrativa social, a pesar de su impacto generalizado en la vida cotidiana de muchas personas”, explicó la politóloga.

¿A qué se debe esto? “La reflexión en torno a esta problemática ha estado más guiada por una dimensión personal en vez de social”, dijo Monge, y agregó: “El planteamiento de la vivienda como problema social está también asociado a cuestiones ideológicas, situándose e identificándolo como mucho más problemático las personas votantes de izquierdas”.

Pese a esto, en el último tiempo la temática del acceso a la vivienda ha generado activaciones y articulaciones por parte de la sociedad civil. “Por ejemplo aquí en España empieza a haber un movimiento hoy que está pidiendo una asamblea ciudadana de deliberación sobre el tema de la vivienda similar a la Asamblea Ciudadana por el clima que se celebró hace un par de años”, dijo Monge, “o en el Reino Unido ha surgido la alianza “Homes for us” que pide un mejor sistema de acceso a la vivienda en el país”.

“Sin duda es el momento de hacer políticas públicas ambiciosas”, concluyó, para luego preguntarse: “¿Quién puede responsabilizarse en estos momentos? ¿Quién y qué políticas deben ponerse en marcha?”, reflexionó la politóloga. “Las administraciones públicas por sí solas no pueden resolver este problema, se necesitan no solo colaboraciones entre lo público y lo privado, sino que también incluyan el tejido social”. En la misma línea, Carme Trilla habló de la urgencia de tomar medidas: “Hay que colocar el problema de vivienda en la agenda política porque afecta a la sociedad española y necesita nuevas fórmulas. Hay que ponerlo encima de la mesa, activarlo y volver a poner en marcha la maquinaria”.

Según datos del CIS, cuando se pregunta a la ciudadanía cuáles son los principales problemas del país, la vivienda está en la décima posición. Cuando se pregunta por los problemas personales, sube al cuarto puesto: la narrativa construida plantea el problema de la vivienda como una cuestión individual, sin elevarla a la dimensión social.

– Cristina Monge

Posibles soluciones a la problemática

“Hay un diagnóstico bastante claro y hay una aproximación muy sólida de dónde está el problema. Pero es importante señalar que no todo el mundo tiene problemas de acceso a la vivienda, si no los dos últimos quintiles y colectivos como los jóvenes o inmigrantes”, explicó Pau Pérez.

Dentro de las soluciones a esta problemática el director de Vivienda Social y Asequible de la Sareb identificó las siguientes: equilibrar una mayor oferta con una regulación menos restrictiva, mientras se estimula la demanda; tener un Ministerio de Vivienda con una visión integral y entidades comprometidas en abordar la cuestión desde una perspectiva de contrato social; promover el alquiler social para familias vulnerables es clave para su inclusión social.

Para alcanzar estas soluciones, resulta fundamental promover la colaboración público-privada. Francisco Pérez, CEO de Culmia, destacó que uno de los desafíos de esta cooperación radica en la insuficiente velocidad de construcción: “«No se está construyendo al ritmo suficiente”. Dejó claro que es imperativo satisfacer la necesidad de viviendas, especialmente de aquellas asequibles para familias vulnerables. Para abordar este problema, Pérez enfatizó la importancia de que los proyectos sean escalables y alcancen una mayor magnitud. Asimismo, subraya la necesidad de programas con precios de construcción y rentabilidad garantizados para atraer financiación extranjera. “Los fondos Next Generation deberían utilizarse para transformar el sector, y el sector necesita transformarse para modernizar el país”, dijo.

Al concluir, los diversos invitados coincidieron en la importancia de impulsar políticas públicas efectivas y fomentar la tan ansiada colaboración entre el sector público y el social. Volvieron a destacar la necesidad de que el derecho prestacional a la vivienda se convierta en un derecho fundamental exigible, añadiendo dos importantes reflexiones: es necesario salir del cortoplacismo y hacer políticas sostenidas en el tiempo (como sí se ha hecho en otros países europeos); y, por otro lado, la solución no vendrá de los responsables políticos si no hay una responsabilidad social y un movimiento de base que exija soluciones.

Agradeciendo la conversación, el moderador Gregori Cascante propuso el título «De la emergencia social a la estructura social» como resumen de las intervenciones.

– Por Pedro Amenábar

Posibles soluciones a la problemática

“Hay un diagnóstico bastante claro y hay una aproximación muy sólida de dónde está el problema. Pero es importante señalar que no todo el mundo tiene problemas de acceso a la vivienda, si no los dos últimos quintiles y colectivos como los jóvenes o inmigrantes”, explicó Pau Pérez.

Dentro de las soluciones a esta problemática el director de Vivienda Social y Asequible de la Sareb identificó las siguientes: equilibrar una mayor oferta con una regulación menos restrictiva, mientras se estimula la demanda; tener un Ministerio de Vivienda con una visión integral y entidades comprometidas en abordar la cuestión desde una perspectiva de contrato social; promover el alquiler social para familias vulnerables es clave para su inclusión social.

Para alcanzar estas soluciones, resulta fundamental promover la colaboración público-privada. Francisco Pérez, CEO de Culmia, destacó que uno de los desafíos de esta cooperación radica en la insuficiente velocidad de construcción: “«No se está construyendo al ritmo suficiente”. Dejó claro que es imperativo satisfacer la necesidad de viviendas, especialmente de aquellas asequibles para familias vulnerables. Para abordar este problema, Pérez enfatizó la importancia de que los proyectos sean escalables y alcancen una mayor magnitud. Asimismo, subraya la necesidad de programas con precios de construcción y rentabilidad garantizados para atraer financiación extranjera. “Los fondos Next Generation deberían utilizarse para transformar el sector, y el sector necesita transformarse para modernizar el país”, dijo.

Al concluir, los diversos invitados coincidieron en la importancia de impulsar políticas públicas efectivas y fomentar la tan ansiada colaboración entre el sector público y el social. Volvieron a destacar la necesidad de que el derecho prestacional a la vivienda se convierta en un derecho fundamental exigible, añadiendo dos importantes reflexiones: es necesario salir del cortoplacismo y hacer políticas sostenidas en el tiempo (como sí se ha hecho en otros países europeos); y, por otro lado, la solución no vendrá de los responsables políticos si no hay una responsabilidad social y un movimiento de base que exija soluciones.

Agradeciendo la conversación, el moderador Gregori Cascante propuso el título «De la emergencia social a la estructura social» como resumen de las intervenciones.

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Las organizaciones socias de El Día Después son:

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Empresa beneficiaria de ayudas del programa «Fomento de la contratación en el ámbito de la Comunidad de Madrid» (línea «Contratación estable de personas jóvenes»), cofinanciado por la Unión Europea.

© El Día Después 2024 | by Marmarru Studio

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