Consumidores y usuarios. Nuevos roles y dificultades de acceso

Crónica del taller celebrado el 23 de febrero de 2021 sobre los cambios y tendencias en el consumo y en el acceso a servicios

“El rol de la empresa está cambiando de la necesidad de producir valor para el accionista a producir valor para sus grupos de interés, entre los que están los trabajadores, los proveedores, y también los clientes y usuarios”.

Juan Gimeno, catedrático de Economía aplicada de la UNED, introducía el taller “Cosumidores y usuarios”, organizado por la comunidad “Desigualdad y nuevo modelo económico” de El Día Después, y que contó con la participación de Rafael Escudero, secretario general de Consumo y Juego.

Escudero destacó un cambio de hábitos de consumo por efecto de la pandemia centrado, por una parte, en el comercio electrónico y, por otro, en el consumo de proximidad (tiendas de barrio, restaurantes, etc). El reto del futuro será conciliar estos dos hábitos.

Como novedad, señaló la importancia de la nueva agenda del consumidor (Ver documento PDF de la Comisión Europea) aprobada por la Comisión Europea el pasado mes de noviembre y en el que ya recoge estas nuevas prácticas del consumo. De esta agenda destacó:

  • Empoderamiento de las personas consumidoras en la transición ecológica y digital.
  • Alineamiento con la estrategia española de economía circular. Así, se impulsa un modelo de reparación frente al de compra, se combaten las prácticas de green washing, etc.
  • Regulación de la figura del consumidor vulnerable en la transición digital. En ese sentido, el Gobierno español ya ha resuelto la directriz para que la normativa sectorial o autonómica esté obligada a desarrollar políticas que presten atención a estos consumidores vulnerables.

Escudero señaló finalmente dos ideas clave en las políticas de consumo que tienen como objetivo desarrollar en su Ministerio:

  • La vinculación de las políticas de consumo con las de producción, de lo contrario será difícil avanzar en la sostenibilidad.
  • Políticas integrales de consumo con tres adjetivos: responsable, saludable y sostenible, prestando especial atención a los consumidores vulnerables en el más sentido amplio.
Principales conclusiones del taller

El taller se dividió en tres salas para analizar el rol del consumidor desde diferentes perspectivas, con investigadores/as, representantes de empresas, administración pública, cooperativas y entidades sociales.

Sala 1. Consumidores sensibles y dificultades de acceso 
  • Dos tipos de vulnerabilidades: la vulnerabilidad financiera -personas que no pueden pagar por un bien o servicio- y vulnerabilidad de uso -personas que no pueden acceder, por diversas razones, a esos bienes o servicios.
  • Aumenta la vulnerabilidad de acceso o uso para bienes que deberían considerarse básicos, como las finanzas.
  • El mundo financiero se hace cada vez más complejo y digital, lo que provoca la exclusión financiera de colectivos muy diversos -personas sin recursos, con discapacidades, personas mayores, etc-.
  • Vulnerabilidad ante los llamados contratos de adhesión, contratos muy extensos que se obligan a firmar para realizar casi cualquier actividad.
Sala 2. Consumidores activos y responsables
  • Antes de la pandemia, la digitalización había cambiado ya la relación de los consumidores con las Administraciones y con las empresas proveedoras de productos o servicios. Ahora, esta crisis ha potenciado el impacto de la digitalización en esa relación.
  • El consumidor es capaz de, poco a poco, generar cambios en el sistema: exigiendo ciertos criterios a los productores, servicios de mediación o condiciones en la contratación pública.
  • Necesidad de estandarizar criterios de etiquetaje y de información del producto o servicio de la forma más sencilla y accesible.
  • Diferenciar entre consumo responsable y consumo consciente.
Sala 3. ¿consumidores o consumidos? Cómo proteger al consumidor en la era digital
  • Los consumidores tienen que ser conscientes de qué está ocurriendo con nuestros datos y cómo se respeta nuestra privacidad.
  • Las empresas, conscientes del impacto del uso de datos en la sociedad, tienen que posicionarse en un eje sobre el uso de datos que realizan, con estos grados:
    1. Entidades que usan los datos para hacer el bien (Por ejemplo, ONG en la erradicación de la pobreza)
    2. Entidades que, ante una vulneración de derechos, rápidamente corrigen la gestión de datos o paran el proceso.
    3. Entidades que gestionan datos y si detectan que algo va mal, hacen lo posible por arreglarlo.
    4. Entidades que consideran el mal uso de datos con un daño colateral de su negocio.
    5. Entidades criminales, que explotan los datos para el mal.
  • El empoderamiento de las personas es muy relevante, porque no se trata solo de no hacer daño, sino también de que el consumidor digital sea consciente de sus derechos.
  • Aunque tenemos la ley de protección de datos, hay otros derechos vinculados a la seguridad digital que no se están ejerciendo de forma activa.
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