Iguales desde la cuna: Prevenir la pobreza infantil

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El pasado 16 de diciembre de 2021 tuvo lugar una nueva ágora de El Día Después promovida por la Comunidad de Desigualdad y Nuevo Modelo Económico. En ella, diferentes profesionales y expertos en economía, pobreza infantil, educación e integración social dialogaron sobre las oportunidades de progreso y equidad que puede crear la transformación económica actual -sobre todo para las generaciones más jóvenes- si se basa en un nuevo contrato social donde prime la lucha contra la pobreza y la desigualdad.

Un nuevo contrato social e invertir en el desarrollo del talento, claves para combatir la desigualdad.

La conversación partió de las reflexiones planteadas en el libro “Laberintos de la prosperidad” de los catedráticos de economía Antón Costas y Xosé Carlos Arias. En un vibrante diálogo entre la politóloga Cristina Monge y Antón Costas, ambos miembros de la Comunidad de Desigualdad y Nuevo Modelo Económico, el economista comenzó recordando que “la desigualdad no es una maldición divina, un designio de la naturaleza. Es producto de unas políticas determinadas”. Sin embargo, hacerle frente no parece ser una prioridad en la agenda pública porque, tal y como explicó Costas, “las viejas ideas tienen una gran fuerza para permanecer, una fuerza inercial. Son las ideas, tanto las buenas como las malas, y no los intereses, los que en realidad mueven el mundo”.

La desigualdad no es una maldición divina, un designio de la naturaleza. Es producto de unas políticas determinadas.

Antón Costas

En la actual situación, Antón Costas propone la implantación de un nuevo contrato social entendiendo por tal al acuerdo (con partes escritas y no escritas) que hace posible el funcionamiento armonioso de determinadas sociedades pluralistas, con un sistema de mercado, frente a otras. Se trata de “un contrato moral, con un compromiso de aquellos a los que les va bien, con el sistema y con los que se quedan atrás; pero también político, ya que establece reglas concretas sobre el reparto de los costes de una crisis o la prosperidad que trae el capitalismo”, explicó Costas.

Entrando de lleno en el tema de la jornada, el autor de “Laberintos de la prosperidad” se refirió a las tres fuentes de las que bebe la desigualdad: un mal funcionamiento de la redistribución de la riqueza (a través del gasto social y los impuestos); de la distribución de la misma en el ámbito de la producción (a través de salarios, beneficios); y de la predistribución, término relativo a la dotación de recursos para la formación y el desarrollo del talento y las capacidades, previos a la incorporación al empleo. “En el momento actual, si queremos afrontar la desigualdad social, es necesario atender especialmente a la distribución y la predistribución”, subrayó Costas.

Sobre esta última, el autor hizo especial hincapié en la importancia de entender que “si algo ha distribuido bien la providencia en la vida es el talento: todas las personas, nazcan donde nazcan, vienen con talento”. La cuestión es cómo una sociedad sabe o no desarrollar el conjunto del talento de la población y cómo, en un mundo digitalizado como el actual, nos aseguramos de orientar la innovación tecnológica hacia la alfabetización básica de toda la población. “Esa debería ser la versión moderna de la alfabetización del siglo XX”, concluyó Costas.

Todas las personas, nazcan donde nazcan, vienen con talento.

Antón Costas

La inversión en educación, integración e igualdad de oportunidades como herramienta para combatir la pobreza infantil

El diálogo con Antón Costas dio paso a un abanico de conocimientos y experiencias que estuvo moderado por Gonzalo Fanjul, director de Análisis de Políticas en ISGlobal y coordinador de la Comunidad de Desigualdad y Nuevo Modelo Económico de El Día Después.

Teresa Laespada, diputada de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de Bizkaia y profesora de la Universidad de Deusto, reflexionó sobre cómo, hasta hace poco, las políticas públicas se centraban en la redistribución como elemento fundamental de una política socialdemócrata. Algo que en los últimos tiempos ha evolucionado hacia un mayor impulso de la inversión en distribución y predistribución. “Si queremos que la tecnología y la digitalización sean la base para la integración social, tiene que ser un lenguaje más en el mundo formativo de los niños y niñas. La parte educativa y competencial, formal e informal, es el mejor elemento que podemos darles para que, cuando sean adultos, puedan entrar en el mercado laboral con garantías”, señaló.

La pobreza deja marcas de todo tipo: cognitivas, biológicas, sociales.

Pau Marí-Klose

Por su parte Pau Marí-Klose, diputado en el Congreso y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, incidió en la idea de la pobreza como el resultado de decisiones políticas. Marí-Klose se detuvo en recordar los muchos problemas asociados a la pobreza infantil. “La pobreza deja marcas de todo tipo: cognitivas, biológicas, sociales. Y tenemos herramientas para corregirlas o al menos reducirlas en sus manifestaciones más extremas”, manifestó. Así, una política potente de corrección de la pobreza pasa por “asegurar condiciones de igualdad de oportunidades para alcanzar las credenciales educativas que permitan acceder al trabajo y competir en el mercado laboral en igualdad de condiciones.”

Catalina Perazzo, directora de incidencia social y política de Save the Children dibujó un retrato preciso de la desigualdad en España, donde hay 2.3 millones de niños en situación de pobreza, lo que nos coloca a la cola de UE. Se trata, explicó, de un elemento sistémico que viene dado por factores como los bajos niveles de inversión en infancia y la poca eficacia de la misma, a través de ayudas a la crianza de muy escaso importe.  A su juicio, hay dos reformas particularmente necesarias en nuestro país: la del sistema fiscal, para lo que es importante hablar del reto fiscal, que tiene que tener un enfoque de equidad intergeneracional; y la reforma de la protección social.

Ainara Zubillaga, directora de educación y formación de la Fundación COTEC aportó una fotografía actual del panorama formativo en España, con un porcentaje de población con estudios universitarios similar o incluso superior a otros países, pero con un número también muy elevado de trabajadores con niveles básicos de formación. “En España tenemos un fenómeno de pobreza del aprendizaje”, señaló. Se trata de un problema que afecta a la formación postobligatoria y a los últimos tramos de la educación obligatoria, con un problema de diseño y de políticas de atención a la diversidad en dichos tramos. Además, Zubillaga se refirió a los retos que plantea la innovación en este terreno y explicó que “en COTEC somos conscientes de la necesidad de abordar la innovación de forma inclusiva porque a veces la innovación genera nuevas brechas. De hecho, estamos apoyando iniciativas de soluciones que luchen contra la desigualdad de la innovación.”

En COTEC somos conscientes de la necesidad de abordar la innovación de forma inclusiva porque a veces la innovación genera nuevas brechas.

Ainara Zubillaga

Al igual que el resto de participantes, Ernesto Gasco, Alto Comisionado del gobierno para la pobreza infantil, confirmó el carácter estructural y no coyuntural de la pobreza en España. Por eso, subrayó, “las políticas o prestaciones sociales para los más débiles tienen que tener garantías del Estado”. La predistribución resulta fundamental, por tanto, porque “prevenir es menos costoso social y económicamente que curar”. Gasco resumió en su intervención algunas de las políticas aprobadas recientemente, como los 700 millones de euros que se van a destinar por primera vez a escuelas infantiles de 0 a 3 años para que sea posible acceder a ellas en condiciones de igualdad, o el carácter inclusivo de la Ley de Educación. También se refirió a la necesidad de seguir trabajando en mejoras en la distribución de las prestaciones sociales y recordó la Garantía Social Europea por la que por primera vez en Europa se considera un objetivo de la Unión Europea la lucha contra la pobreza infantil, lo que obliga a países como España a destinar un 5% de los fondos europeos a ese combate.

Cerraron la ronda de intervenciones Begonya Gasch, directora general de la Fundación El Llindar (escuelas de segunda oportunidad) y Cheikhou Omar Balde, participante en esta iniciativa. Begonya subrayó la importancia de entender que no fracasan los chicos y chicas, sino el sistema educativo, que actúa como una centrifugadora. De ahí la lógica de la segunda oportunidad, que surge cuando la primera no ha funcionado. Experiencias como El Llindar son muy necesarias, pero es difícil que se mantengan de forma estable. Gasch señaló que “tenemos unas instituciones y unas políticas democráticas un poco enfermas. Necesitamos compromiso individual, social y de las políticas que nos permita hacer las cosas de otra manera. (…) Es necesario pasar de la responsabilidad a la ética de las consecuencias. Alguien decide y otros pagan las consecuencias”, señaló.

No fracasan los chicos y chicas, sino el sistema educativo, que actúa como una centrifugadora

Begonya Gasch

Desde su experiencia, Cheikhou Omar Balde, destacó que “cuando llegamos aquí, lo primero que necesitamos es una oportunidad.” Desde su punto de vista, experiencias como El Llindar ofrecen rasgos diferenciales como la convivencia de jóvenes de distintas procedencias y el acompañamiento más allá del contenido educativo, con viviendas sociales y recorridos de integración a medida.

Invertir en la infancia es invertir en nuestro futuro

Como resumen y cierre de la conversación, tomó de nuevo la palabra Antón Costas, quien expuso algunas de las ideas fundamentales extraídas del debate:

  • La exigencia moral de erradicar la pobreza infantil.

“Erradicar la pobreza infantil no es solo una exigencia moral de una sociedad decente, es algo que les debemos a los niños y niñas hasta en términos del liberalismo clásico, que fue el que levantó la bandera de la igualdad de oportunidades. Es una exigencia moral por solidaridad y por reciprocidad.”

  • La falta de compresión social del problema de la pobreza infantil.

«Hay muchas personas bienintencionadas que creen que no hay en España pobreza infantil. Falta aquí ese contrato social de fondo que haga posibles las políticas. De la misma manera que un agricultor antes de sembrar tiene que roturar y abonar el terreno, necesitamos abonar en España la comprensión de la pobreza infantil, o las políticas después no acabarán germinando.”

  • El lenguaje como herramienta de transformación.

«Cambiemos el lenguaje. No hablemos de gastar sino de invertir, es decir, hacer algo para tener retornos futuros. Invertir en infancia es invertir en el futuro de nuestra sociedad y de nuestra economía.”

Resumen del diálogo «Iguales desde la cuna: Prevenir la pobreza infantil»
Vídeo completo de la sesión del 16 de diciembre de 2021
La conversación en 20 tuits
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