Humanismo, bien común y territorio, a debate en los ‘Diálogos para el día después’
Humanismo, bien común y territorio, a debate en los ‘Diálogos para el día después’
Bajo el título ‘Diálogos para el Día Después’, la plataforma El Día Después, la Universidad Politécnica de Madrid y el Centro Internacional Antonio Machado han organizado estas primeras jornadas presenciales, celebradas en Soria del 5 al 7 de julio de 2021, tras un año de encuentros y debates digitales.
Las ex ministras Leire Pajín y Fátima Báñez, la secretaria general de Innovación Teresa Riesgo, el exCEO de Intermón Oxfam Chema Vera y el director de operaciones técnicas y calidad de Moderna, Juan Andrés, entre otras personalidades del mundo de la ciencia, la política, la filosofía o la empresa han participado en este encuentro para reflexionar sobre el momento actual, contrastar perspectivas y proponer respuestas a los retos a los que nos enfrentamos.
La politóloga Cristina Monge y el periodista Juan Luis Cano fueron los encargados de conducir estas jornadas y presentar a los ponentes a lo largo de los tres días.
Bajo el título ‘Diálogos para el Día Después’, la plataforma El Día Después, la Universidad Politécnica de Madrid y el Centro Internacional Antonio Machado han organizado estas primeras jornadas presenciales, celebradas en Soria del 5 al 7 de julio de 2021, tras un año de encuentros y debates digitales.
Las ex ministras Leire Pajín y Fátima Báñez, la secretaria general de Innovación Teresa Riesgo, el exCEO de Intermón Oxfam Chema Vera y el director de operaciones técnicas y calidad de Moderna, Juan Andrés, entre otras personalidades del mundo de la ciencia, la política, la filosofía o la empresa han participado en este encuentro para reflexionar sobre el momento actual, contrastar perspectivas y proponer respuestas a los retos a los que nos enfrentamos.
La politóloga Cristina Monge y el periodista Juan Luis Cano fueron los encargados de conducir estas jornadas y presentar a los ponentes a lo largo de los tres días.
El diálogo como arma de construcción masiva
El primer día del encuentro, dedicado al humanismo, se inició con una mesa en la que los organizadores recordaron lo vivido durante el año y medio transcurrido desde la constitución de la plataforma El Día Después, para extraer las conclusiones más relevantes de la experiencia.
Durante su intervención, el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y director del itdUPM, Carlos Mataix, señaló que la pandemia nos ha ofrecido una radiografía de nosotros mismos, como individuos y como sociedad, y ha desvelado que la desigualdad es uno de nuestros grandes problemas.
“En este tiempo ha quedado en evidencia que la crisis climática y ambiental nos ha situado peligrosamente al borde del precipicio y, por tanto, es necesario abandonar un modelo de producción y consumo que necesita un cambio de trayectoria”, señaló Mataix.
Por ello, ahora más que nunca se hace necesario trabajar en alianzas público-privadas-sociales compuestas, como subrayó la responsable de sostenibilidad de Iberdrola Mónica Oviedo, por “una amplia diversidad de actores dispuestos a dejar de lado los prejuicios para proponer ideas innovadoras, en un clima de total confianza donde sea posible el intercambio constructivo de puntos de vista”. De este modo actúa El Día Después al promover el diálogo como base para la acción transformadora: aquella que permite incubar proyectos que nos lleven a un nuevo modelo de sociedad.
El diálogo como arma de construcción masiva
El primer día del encuentro, dedicado al humanismo, se inició con una mesa en la que los organizadores recordaron lo vivido durante el año y medio transcurrido desde la constitución de la plataforma El Día Después, para extraer las conclusiones más relevantes de la experiencia.
Durante su intervención, el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y director del itdUPM, Carlos Mataix, señaló que la pandemia nos ha ofrecido una radiografía de nosotros mismos, como individuos y como sociedad, y ha desvelado que la desigualdad es uno de nuestros grandes problemas.
“En este tiempo ha quedado en evidencia que la crisis climática y ambiental nos ha situado peligrosamente al borde del precipicio y, por tanto, es necesario abandonar un modelo de producción y consumo que necesita un cambio de trayectoria”, señaló Mataix.
Por ello, ahora más que nunca se hace necesario trabajar en alianzas público-privadas-sociales compuestas, como subrayó la responsable de sostenibilidad de Iberdrola Mónica Oviedo, por “una amplia diversidad de actores dispuestos a dejar de lado los prejuicios para proponer ideas innovadoras, en un clima de total confianza donde sea posible el intercambio constructivo de puntos de vista”. De este modo actúa El Día Después al promover el diálogo como base para la acción transformadora: aquella que permite incubar proyectos que nos lleven a un nuevo modelo de sociedad.
A lo largo de la jornada, los participantes en las distintas mesas incidieron en la importancia del diálogo. La cineasta Mercedes Álvarez y el escritor José Ángel González Sainz, reflexionaron sobre los límites del lenguaje tanto verbal como de las imágenes, y alertaron sobre los peligros de la posverdad, la corrección política, el abuso de la emocionalidad que lleva a la transformación de la conversación en espectáculo, o la frivolización del dolor, así como sobre sus consecuencias políticas y sociales.
Más tarde, los filósofos Arturo Leyte y José Luis Pardo conversaron sobre la dicotomía tecnología-humanismo y elucubraron sobre la posibilidad de que la primera, concebida por el ser humano como un medio para conseguir un fin, se hubiera constituido como el centro, relegando a la persona a mero apéndice, epígono al servicio de la máquina. También manifestaron su inquietud por que las nuevas tecnologías puedan llevar a una desnaturalización del espacio público, y también del privado.
La jornada finalizó con un concierto titulado ‘Trece canciones bonitas’, a cargo de Germán Díaz y Benxamín Otero.
A lo largo de la jornada, los participantes en las distintas mesas incidieron en la importancia del diálogo. La cineasta Mercedes Álvarez y el escritor José Ángel González Sainz, reflexionaron sobre los límites del lenguaje tanto verbal como de las imágenes, y alertaron sobre los peligros de la posverdad, la corrección política, el abuso de la emocionalidad que lleva a la transformación de la conversación en espectáculo, o la frivolización del dolor, así como sobre sus consecuencias políticas y sociales.
Más tarde, los filósofos Arturo Leyte y José Luis Pardo conversaron sobre la dicotomía tecnología-humanismo y elucubraron sobre la posibilidad de que la primera, concebida por el ser humano como un medio para conseguir un fin, se hubiera constituido como el centro, relegando a la persona a mero apéndice, epígono al servicio de la máquina. También manifestaron su inquietud por que las nuevas tecnologías puedan llevar a una desnaturalización del espacio público, y también del privado.
La jornada finalizó con un concierto titulado ‘Trece canciones bonitas’, a cargo de Germán Díaz y Benxamín Otero.
Corresponsabilidad, empatía y equidad para el bien común
El segundo día estuvo dedicado a dialogar sobre la relación entre capitalismo y bien común.
La jornada se inició con una mesa de debate titulada “Vacunas, respiradores y el día después: la acción colectiva” en la que la revisión de casos de éxito relacionados con la respuesta sanitaria a la pandemia permitió extraer relevantes conclusiones. Entre ellas, la importancia estratégica de invertir en conocimiento e innovación y de entender que sus réditos llegan en el medio y largo plazo; la evidencia de que para obtener resultados con rapidez y eficacia es necesario crear un ecosistema colaborativo en el que universidades, administración pública y empresas trabajen juntas con un objetivo común; y la constatación, a través de experiencias como la alianza impulsada por El Día Después, de que una colaboración público-privada-social efectiva requiere liderazgo, corresponsabilidad, método, flexibilidad, sentido de pertenencia, confianza y lenguaje común.
Pedro Mier, presidente de AMETIC, subrayó la colaboración y generosidad demostrada por el sector empresarial durante la pandemia y resaltó que “la reserva estratégica de un país se encuentra en el conocimiento, la innovación, la tecnología y la industria”.
La secretaria general de innovación, Teresa Riesgo, puso en valor la capacidad de España para generar conocimiento -somos el undécimo país del mundo en generación de papers en publicaciones científicas- pero señaló que nos falta capacidad para aplicarlo de forma práctica.
Juan Andrés, director de operaciones técnicas y calidad de Moderna, explicó durante su intervención el proceso seguido por Moderna para poder fabricar y distribuir de forma global su vacuna en menos de un año y destacó, a partir de la experiencia vivida durante estos meses, que la inversión y el riesgo son componentes esenciales para el éxito y que hay que trabajar sin prejuicios, abiertos a colaboraciones inesperadas.
Leire Pajín, directora de desarrollo global de ISGlobal y presidenta de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), hizo hincapié en que “la pandemia no ha terminado y no lo hará mientras persista la inequidad global actual en el acceso a las vacunas”. También subrayó la necesidad de actuar con urgencia para garantizar mecanismos de preparación y respuesta eficaces y globales que se adelanten a futuras crisis, en lugar de únicamente reaccionar cuando sucedan.
Corresponsabilidad, empatía y equidad para el bien común
El segundo día estuvo dedicado a dialogar sobre la relación entre capitalismo y bien común.
La jornada se inició con una mesa de debate titulada “Vacunas, respiradores y el día después: la acción colectiva” en la que la revisión de casos de éxito relacionados con la respuesta sanitaria a la pandemia permitió extraer relevantes conclusiones. Entre ellas, la importancia estratégica de invertir en conocimiento e innovación y de entender que sus réditos llegan en el medio y largo plazo; la evidencia de que para obtener resultados con rapidez y eficacia es necesario crear un ecosistema colaborativo en el que universidades, administración pública y empresas trabajen juntas con un objetivo común; y la constatación, a través de experiencias como la alianza impulsada por El Día Después, de que una colaboración público-privada-social efectiva requiere liderazgo, corresponsabilidad, método, flexibilidad, sentido de pertenencia, confianza y lenguaje común.
Pedro Mier, presidente de AMETIC, subrayó la colaboración y generosidad demostrada por el sector empresarial durante la pandemia y resaltó que “la reserva estratégica de un país se encuentra en el conocimiento, la innovación, la tecnología y la industria”.
La secretaria general de innovación, Teresa Riesgo, puso en valor la capacidad de España para generar conocimiento -somos el undécimo país del mundo en generación de papers en publicaciones científicas- pero señaló que nos falta capacidad para aplicarlo de forma práctica.
Juan Andrés, director de operaciones técnicas y calidad de Moderna, explicó durante su intervención el proceso seguido por Moderna para poder fabricar y distribuir de forma global su vacuna en menos de un año y destacó, a partir de la experiencia vivida durante estos meses, que la inversión y el riesgo son componentes esenciales para el éxito y que hay que trabajar sin prejuicios, abiertos a colaboraciones inesperadas.
Leire Pajín, directora de desarrollo global de ISGlobal y presidenta de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), hizo hincapié en que “la pandemia no ha terminado y no lo hará mientras persista la inequidad global actual en el acceso a las vacunas”. También subrayó la necesidad de actuar con urgencia para garantizar mecanismos de preparación y respuesta eficaces y globales que se adelanten a futuras crisis, en lugar de únicamente reaccionar cuando sucedan.
La siguiente mesa de diálogo giró en torno a la salud del debate público y contó con la participación de los expolíticos Eduardo Madina, José Luis Ayllón y Carles Campuzano, y de la politóloga Máriam Martínez-Bascuñán. Todos ellos coincidieron en que el debate público, entendido como el espacio compartido donde se negocia el futuro de la sociedad, es una conversación social amplia y multinivel de la que el debate político es solo una parte. Destacaron su preocupación por que la crispación y polarización que dominan actualmente la política nacional puedan afectar, o estén afectando ya, a otras esferas del debate público. También coincidieron en que la política no está siendo capaz de dar una respuesta adecuada a la reclamación que la sociedad hace sobre la construcción de consensos.
La conversación se centró también en analizar la relación inseparable entre política y comunicación; en los efectos de la tecnología en la conversación pública actual, con la hiperfragmentación espacial y temporal provocada por la revolución tecnológica; en la desconexión entre la visibilidad y protagonismo mediático de Madrid y Barcelona y la realidad diaria del resto de territorios; y en la necesidad de liderazgos de calidad, de fortalecer la democracia para que sea capaz de dar respuesta al conflicto intrínseco a la convivencia de ideas diferentes y a las expectativas de las nuevas generaciones.
La siguiente mesa de diálogo giró en torno a la salud del debate público y contó con la participación de los expolíticos Eduardo Madina, José Luis Ayllón y Carles Campuzano, y de la politóloga Máriam Martínez-Bascuñán. Todos ellos coincidieron en que el debate público, entendido como el espacio compartido donde se negocia el futuro de la sociedad, es una conversación social amplia y multinivel de la que el debate político es solo una parte. Destacaron su preocupación por que la crispación y polarización que dominan actualmente la política nacional puedan afectar, o estén afectando ya, a otras esferas del debate público. También coincidieron en que la política no está siendo capaz de dar una respuesta adecuada a la reclamación que la sociedad hace sobre la construcción de consensos.
La conversación se centró también en analizar la relación inseparable entre política y comunicación; en los efectos de la tecnología en la conversación pública actual, con la hiperfragmentación espacial y temporal provocada por la revolución tecnológica; en la desconexión entre la visibilidad y protagonismo mediático de Madrid y Barcelona y la realidad diaria del resto de territorios; y en la necesidad de liderazgos de calidad, de fortalecer la democracia para que sea capaz de dar respuesta al conflicto intrínseco a la convivencia de ideas diferentes y a las expectativas de las nuevas generaciones.
La tercera y última conversación del día tuvo como eje la urgente necesidad de reformas. Antón Costas, presidente del Consejo Económico y Social, sentó las bases del debate al plantear que las reformas más urgentes deben conducir a un nuevo contrato social para la lucha contra la desigualdad. Su cronificación, carácter sistémico y profundización ante las crisis plantea una emergencia tan grave como la climática y debería abordarse como tal, aunque no se perciba así. También remarcó que no existe dilema entre eficiencia y equidad: son complementarias. Según explicó, promover un país con más equidad y justicia social no debe entenderse como un gasto sino como una inversión que trae dividendos para la economía.
Fátima Báñez, presidenta de la CEOE, destacó la importancia del empleo de calidad como gran catalizador, ya que buena parte de la desigualdad es consecuencia de la falta de empleo, y recordó el compromiso de Europa, materializado a través del Pilar Europeo de Derechos Sociales y su plan de acción, de colocar a las personas en el centro.
Agustín Delgado, director de innovación, sostenibilidad y calidad de Iberdrola, se refirió a la pandemia como una oportunidad para acelerar el abordaje de transformaciones en clave de sostenibilidad, con la Agenda 2030 como hoja de ruta plenamente vigente.
La perspectiva global quedó incorporada a esta visión de las transformaciones necesarias de la mano de Chema Vera, exCEO de Intemón Oxfam, quien señaló que la desigualdad ha estado creciendo en las últimas décadas en la mayoría de los países, para hacerse sistémica o estructural. La pandemia está acentuando esta desigualdad y así, el desequilibrio en el acceso a la vacuna supondrá un impacto en la salud y la recuperación económica entre regiones y entre países. Además, los extraordinarios beneficios de los multimillonarios durante la crisis, refuerzan el componente sistémico de la desigualdad.
En este sentido, y pese a lo mucho que queda por hacer, durante el debate se destacó que la pandemia ha acelerado una serie de cambios impensables hasta que se produjeron, relativos a la fiscalidad, con los estímulos que han aplicado la UE o EEUU, o la tasa a las transacciones multinacionales.
La tercera y última conversación del día tuvo como eje la urgente necesidad de reformas. Antón Costas, presidente del Consejo Económico y Social, sentó las bases del debate al plantear que las reformas más urgentes deben conducir a un nuevo contrato social para la lucha contra la desigualdad. Su cronificación, carácter sistémico y profundización ante las crisis plantea una emergencia tan grave como la climática y debería abordarse como tal, aunque no se perciba así. También remarcó que no existe dilema entre eficiencia y equidad: son complementarias. Según explicó, promover un país con más equidad y justicia social no debe entenderse como un gasto sino como una inversión que trae dividendos para la economía.
Fátima Báñez, presidenta de la CEOE, destacó la importancia del empleo de calidad como gran catalizador, ya que buena parte de la desigualdad es consecuencia de la falta de empleo, y recordó el compromiso de Europa, materializado a través del Pilar Europeo de Derechos Sociales y su plan de acción, de colocar a las personas en el centro.
Agustín Delgado, director de innovación, sostenibilidad y calidad de Iberdrola, se refirió a la pandemia como una oportunidad para acelerar el abordaje de transformaciones en clave de sostenibilidad, con la Agenda 2030 como hoja de ruta plenamente vigente.
La perspectiva global quedó incorporada a esta visión de las transformaciones necesarias de la mano de Chema Vera, exCEO de Intemón Oxfam, quien señaló que la desigualdad ha estado creciendo en las últimas décadas en la mayoría de los países, para hacerse sistémica o estructural. La pandemia está acentuando esta desigualdad y así, el desequilibrio en el acceso a la vacuna supondrá un impacto en la salud y la recuperación económica entre regiones y entre países. Además, los extraordinarios beneficios de los multimillonarios durante la crisis, refuerzan el componente sistémico de la desigualdad.
En este sentido, y pese a lo mucho que queda por hacer, durante el debate se destacó que la pandemia ha acelerado una serie de cambios impensables hasta que se produjeron, relativos a la fiscalidad, con los estímulos que han aplicado la UE o EEUU, o la tasa a las transacciones multinacionales.
Trabajar con las personas y para las personas
En el último día de las jornadas las conversaciones se centraron en llevar los anteriores debates del terreno de las ideas a la vida real de las personas, tanto en las ciudades como en los territorios.
La primera conversación estuvo protagonizada por Juana López, directora general de Políticas contra la Despoblación, Juan Carlos Iragorri, del Washington Post en español, Javier Gracia, director general de Participadas de Caja Rural Soria, Diego Freire, director de Desarrollo de Negocio de CUPA GROUP y Mª Ángeles Fernández, directora general de la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas.
Todos ellos coincidieron en que el diagnóstico sobre los problemas y necesidades de los territorios: conectividad, conexiones, acceso a servicios esenciales (educación, salud…) y oferta de empleo sostenible que atraiga y retenga el talento. También en que el medio rural tiene una función de abastecimiento (agricultura, silvicultura, pesca, espacios verdes…), pero no solo, ya que es también un proveedor de servicios ecosistémicos intangibles que revierten positivamente en toda la población.
En la conversación se destacó la corresponsabilidad entre lo público y lo privado, ya que estamos en un país con un problema grave de despoblación, pero sobre todo de vertebración y cohesión social y territorial. También que las tomas de decisiones tienen que hacerse de abajo hacia arriba, contando con los habitantes del lugar desde el inicio de los procesos.
Los participantes incidieron en la necesidad de un cambio de modelo ya que el que nos ha traído hasta aquí primando el desarrollo urbano frente al rural es insostenible. Se planteó abordar la recuperación de los territorios con planificación, visión estratégica, voluntad política, flexibilidad normativa y financiación. También con mirada holística y de medio-largo plazo.
Trabajar con las personas y para las personas
En el último día de las jornadas las conversaciones se centraron en llevar los anteriores debates del terreno de las ideas a la vida real de las personas, tanto en las ciudades como en los territorios.
La primera conversación estuvo protagonizada por Juana López, directora general de Políticas contra la Despoblación, Juan Carlos Iragorri, del Washington Post en español, Javier Gracia, director general de Participadas de Caja Rural Soria, Diego Freire, director de Desarrollo de Negocio de CUPA GROUP y Mª Ángeles Fernández, directora general de la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas.
Todos ellos coincidieron en que el diagnóstico sobre los problemas y necesidades de los territorios: conectividad, conexiones, acceso a servicios esenciales (educación, salud…) y oferta de empleo sostenible que atraiga y retenga el talento. También en que el medio rural tiene una función de abastecimiento (agricultura, silvicultura, pesca, espacios verdes…), pero no solo, ya que es también un proveedor de servicios ecosistémicos intangibles que revierten positivamente en toda la población.
En la conversación se destacó la corresponsabilidad entre lo público y lo privado, ya que estamos en un país con un problema grave de despoblación, pero sobre todo de vertebración y cohesión social y territorial. También que las tomas de decisiones tienen que hacerse de abajo hacia arriba, contando con los habitantes del lugar desde el inicio de los procesos.
Los participantes incidieron en la necesidad de un cambio de modelo ya que el que nos ha traído hasta aquí primando el desarrollo urbano frente al rural es insostenible. Se planteó abordar la recuperación de los territorios con planificación, visión estratégica, voluntad política, flexibilidad normativa y financiación. También con mirada holística y de medio-largo plazo.
La última mesa del día y de los ‘Diálogos de Soria’ se centró en debatir sobre transformación urbana en el marco de la misión europea de lograr 100 ciudades saludables y climáticamente neutras para 2030. La conversación reunió a representantes de los ayuntamientos de Barcelona, Madrid, Sevilla, Soria y Valencia, junto con Julio Lumbreras, miembro de la comisión encargada de dicha misión europea y coordinador de la comunidad de transformación de las ciudades de El Día Después.
Tal y como expuso Lumbreras, “urgencia, colaboración profunda y continuada, y un objetivo compartido son los tres elementos esenciales para abordar retos complejos como el de la transformación urbana”.
Jordi Peris, del Ayuntamiento de Valencia, expuso que en esta ciudad la misión está sirviendo para acelerar transformaciones a través de la creación de grupos de trabajo multiactor y plurales que estimulan la co-creación y el co-análisis de la realidad de la ciudad en materia de transición energética y en breve en el marco de la agricultura y la renaturalización de ciudades. Esto permite construir una visión colectiva de futuro a través de proyectos transformadores que superen barreras regulatorias, articulen financiación público-privada y faciliten el intercambio de aprendizajes y el escalado.
Esperanza Caro, del Ayuntamiento de Sevilla, subrayó la importancia del liderazgo y la estrategia a la hora de abordar la transformación urbana, y de hacerlo desde el espacio público – haciendo más fáciles y cómodas las ciudades – y desde el espacio privado, el de las viviendas, que deben ser seguras y habitables para todos.
Laia Núñez, del Ayuntamiento de Barcelona, habló de transición energética y compartió la experiencia de su ciudad en materia de transición energética, a través de una colaboración público-privada orientada a acelerar y facilitar a los ciudadanos la implantación de placas solares.
Por el Ayuntamiento de Madrid intervino Santiago Saura, quien habló del plan municipal de resiliencia implantado en la capital y de la estrecha colaboración entre el ayuntamiento, la universidad y las empresas para impulsar la transformación climática.
Por último, Carlos Martínez, alcalde de Soria, puso en valor la importancia estratégica de las ciudades de menos de 50.000 habitantes, ya que en ellas vive el 47% de la población española. También destacó la necesidad de cambiar el modelo territorial del país para provocar una verdadera transformación urbana sostenible, en línea con los postulados de la Agenda 2030.
La última mesa del día y de los ‘Diálogos de Soria’ se centró en debatir sobre transformación urbana en el marco de la misión europea de lograr 100 ciudades saludables y climáticamente neutras para 2030. La conversación reunió a representantes de los ayuntamientos de Barcelona, Madrid, Sevilla, Soria y Valencia, junto con Julio Lumbreras, miembro de la comisión encargada de dicha misión europea y coordinador de la comunidad de transformación de las ciudades de El Día Después.
Tal y como expuso Lumbreras, “urgencia, colaboración profunda y continuada, y un objetivo compartido son los tres elementos esenciales para abordar retos complejos como el de la transformación urbana”.
Jordi Peris, del Ayuntamiento de Valencia, expuso que en esta ciudad la misión está sirviendo para acelerar transformaciones a través de la creación de grupos de trabajo multiactor y plurales que estimulan la co-creación y el co-análisis de la realidad de la ciudad en materia de transición energética y en breve en el marco de la agricultura y la renaturalización de ciudades. Esto permite construir una visión colectiva de futuro a través de proyectos transformadores que superen barreras regulatorias, articulen financiación público-privada y faciliten el intercambio de aprendizajes y el escalado.
Esperanza Caro, del Ayuntamiento de Sevilla, subrayó la importancia del liderazgo y la estrategia a la hora de abordar la transformación urbana, y de hacerlo desde el espacio público – haciendo más fáciles y cómodas las ciudades – y desde el espacio privado, el de las viviendas, que deben ser seguras y habitables para todos.
Laia Núñez, del Ayuntamiento de Barcelona, habló de transición energética y compartió la experiencia de su ciudad en materia de transición energética, a través de una colaboración público-privada orientada a acelerar y facilitar a los ciudadanos la implantación de placas solares.
Por el Ayuntamiento de Madrid intervino Santiago Saura, quien habló del plan municipal de resiliencia implantado en la capital y de la estrecha colaboración entre el ayuntamiento, la universidad y las empresas para impulsar la transformación climática.
Por último, Carlos Martínez, alcalde de Soria, puso en valor la importancia estratégica de las ciudades de menos de 50.000 habitantes, ya que en ellas vive el 47% de la población española. También destacó la necesidad de cambiar el modelo territorial del país para provocar una verdadera transformación urbana sostenible, en línea con los postulados de la Agenda 2030.