14 de julio de 2020
La Comunidad de Medio Ambiente y Salud de “El Día Después”, en el marco de su línea de trabajo de contribución a políticas públicas, ha realizado un análisis y una serie de propuestas de mejora del Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (CCyTE), actualmente en fase de tramitación parlamentaria.
El documento, que ha sido remitido al Ministerio de Transición Ecológica a principios de julio, presenta una buena valoración en general de muchos de los artículos. Entre otros, considera muy positivamente puntos como, por ejemplo:
- Que el Proyecto de Ley contenga objetivos concretos de reducción de emisiones, penetración de renovables en el mix eléctrico y de eficiencia energética
- Que en línea con los compromisos europeos y con el Acuerdo de París, el Proyecto de Ley establezca el objetivo de alcanzar las emisiones netas cero en 2050 o antes.
- O que se enuncie explícitamente la finalización de exploración de hidrocarburos y de fracking, así como la intención de desinvertir en sectores de energía fósil.
Pero en el documento también se identifican algunos ángulos ciegos del Proyecto de Ley, y se incluyen propuestas concretas de mejora para aquellos artículos que no han tenido en cuenta puntos importantes. Entre los comentarios realizados por la comunidad, han surgido hasta veinte sugerencias de mejora, entre las cuales destacamos algunas.
1. La necesidad de incluir la economía circular
Hablar de economía circular no es hablar de residuos -como se suele pensar- sino de un auténtico y profundísimo cambio cultural, que afecta a la revisión de nuestros patrones de producción y nuestros patrones de consumo.
“No es posible separar la transición hacia una Economía Circular de las políticas para combatir el Cambio Climático” cuando “la mitad de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) y más del 90% de la pérdida de biodiversidad y del estrés hídrico se deben a la extracción y la transformación de los recursos”.
Como señala también la Fundación Ellen Macarthur, “las actuales iniciativas para combatir el cambio climático se han enfocado, principalmente, en el papel fundamental de la energía renovable y las medidas de eficiencia energética. Sin embargo, para cumplir las metas climáticas también será necesario abordar el 45% de emisiones restantes relacionadas con la fabricación de productos”.
2. La conveniencia de aumentar la ambición de las medidas
No es posible separar la transición hacia una Economía Circular de las políticas para combatir el Cambio Climático cuando la mitad de las emisiones totales de gases de efecto invernadero y más del 90% de la pérdida de biodiversidad y del estrés hídrico se deben a la extracción y la transformación de los recursos
Aunque es muy bueno que el Proyecto de Ley contenga objetivos concretos de reducción de emisiones, penetración de las renovables en el mix eléctrico y eficiencia energética, “el nivel de ambición debe aumentar, estableciendo como objetivos legalmente vinculantes aquellos que se han incluido en el escenario objetivo del PNIEC 2021-2030 remitido a la Comisión Europea en 2020«.
- 23% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto a 1990 (actualmente es el 20%).
- 42% de renovables sobre el uso final de la energía (actualmente es el 35%).
- 39,5% de mejora de la eficiencia energética (actualmente es el 35%).
- 74% de energía renovable en la generación eléctrica (actualmente es el 70%).
3. La necesidad de señalar los límites de la adaptación al cambio climático
«Para un país como España, muy vulnerable al cambio climático es fundamental otorgar la importancia suficiente a la adaptación” y así lo hace el proyecto de Ley. Sin embargo, “se debería incluir el objetivo de analizar los límites de la adaptación en distintos escenarios de calentamiento, las implicaciones en materia de cobertura de seguros (privados y por parte del Consorcio de cooperación de seguros) y más allá de los seguros, los posibles proyectos que podría acometer el gobierno para compensar a los ciudadanos por sus pérdidas en función de sus preferencias declaradas”. En este sentido, los países en desarrollo tienen experiencias potencialmente interesantes para España.
4. La oportunidad de incluir la educación ambiental de forma transversal en todo el currículum escolar
Es muy positiva la mejora amplia del tratamiento concedido por el Proyecto de Ley al cambio climático en todos los niveles de la educación: se le dota de mayor importancia y se prevé la formación a los profesores para que lo puedan impartir de forma adecuada. Sin embrago, el Proyecto de Ley pierde la oportunidad de señalar que la educación ambiental tiene que aparecer de forma transversal en el currículo escolar y que esta educación para el desarrollo sostenible debe de abarcar otros temas clave en materia de sostenibilidad.
“Es necesario incorporar la educación para el desarrollo sostenible transversalmente al currículo escolar obligatorio, y que esta incluya además del cambio climático otros conceptos clave en materia de desarrollo sostenible como la conservación de la biodiversidad, el respeto a los entornos naturales, la economía circular, el consumo responsable o la movilidad sostenible”.
“Es necesario que la educación para el desarrollo sostenible incluya además del cambio climático conceptos clave como la conservación de la biodiversidad, la economía circular, el consumo responsable o la movilidad sostenible”.
Una contribución propositiva
Con un total de 20 comentarios y propuestas, este documento ha sido el instrumento a través del cual la Comunidad ha hecho una contribución concreta y propositiva a las políticas públicas del presente para diseñar un futuro neutro en carbono para España.
Tamaña aportación no hubiera sido posible sin el trabajo conjunto de estas tres miembros de la comunidad: Lara Lázaro, investigadora principal del Real Instituto Elcano; María Victoria Mestre, técnica del Consejo Económico y Social de España; y Nancy Villaluega, coordinadora de relaciones institucionales en ECOEMBES.