¿A qué normalidad quieres volver?

Francisco Javier Sancho Mas

Cuando pase la emergencia del coronavirus, ¿a qué normalidad queremos volver? ¿A un sistema de salud como el actual? ¿Al mismo nivel de emergencia climática? ¿A un modelo similar de gobernanza? ¿A las mismas estructuras de acción políticas y sociales? ¿A este modelo económico?

Si la respuesta es no, entonces, ¿qué otra normalidad queremos empezar a construir desde hoy? La Plataforma de Conversaciones con expertos de diversos sectores “El Día Después será….” arrancó el 25 de marzo. A las cuatro en punto de la tarde, ya había casi 2000 personas conectadas desde unos 30 países, en un foro abierto para imaginar, aprender y anticipar ese día después.

No queremos volver a la 'normalidad' que nos ha traído hasta aquí.

Fernando Valladares

Leire Pajín, presidenta de la Red Española para El Desarrollo Sostenible, moderó el diálogo que sostuvieron, con la interacción de los participantes inscritos, Cristina Monge, analista política para El País, Cadena SER e Infolibre; Rafael Vilasanjuán, director del Departamento de Análisis y Desarrollo Global del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal); Fernando Valladares, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); José Moisés Martín, economista y CEO de Red2Red.

La primera mirada se dirigió al hoy más inmediato. La salud, la vida. Era una tarde de datos tristes. Muchos contagios y fallecimientos empinaban la curva del virus. Pero la propuesta trataba no sólo de encerrarnos, ni de cerrar los ojos y aguantar. Se trataba de mirar, de no perder la capacidad de reflexionar, mientras sufrimos. Y de atreverse a imaginar la nueva normalidad.

Los análisis del Hoy. 

SALUD GLOBAL

El representante de ISGlobal destacó que estamos ante el mayor reto de nuestra generación, desde la Segunda Guerra Mundial. Y el análisis debe servir no para acusar sino para extraer enseñanzas.

“La amenaza existía”. Es lo primero quiso enfatizar Vilasanjuán. Sobre cómo habíamos llegado hasta aquí, a nivel de salud global, recordó que durante la década de los setenta se llegó a pensar que podían erradicarse todas las enfermedades infecciosas, en el mundo rico al menos. En los ochenta, esa idea desapareció con la irrupción del Sida, y más tarde con otras epidemias como las del SARS o el Ébola. Eran señales de una crisis al ralentí.

Ahora somos más conscientes de que el sistema de salud no es sólo un factor de equidad sino de seguridad.

Rafael Vilasanjuan

“Las crisis al ralentí no movilizan a la sociedad en masa. Eso lo consiguen crisis abruptas como esta”, dijo. Y puso otro ejemplo similar de crisis al ralentí, e interrelacionado con la crisis sanitaria: la emergencia climática.  Un fenómeno que viene produciendo efectos devastadores pero que aún no nos ha hecho movilizarnos a la altura del desafío. 

Sobre los efectos ya visibles para la ciencia, que deja esta pandemia, es que se ha aumentado la rapidez de respuesta. Nunca se había publicado tanto en tan poco tiempo sobre un problema de salud.

CLIMA

El investigador del CSIC defendió la necesidad de aglutinar a todos los sectores de la sociedad ante la emergencia climática, porque: “algunos todavía ven el medioambiente como algo frívolo”.

Esta crisis nos debe hacer cambiar el chip. Estamos acostumbrados a ver al medioambiente como un receptor pasivo de los efectos que nosotros generamos. Ahora somos nosotros los receptores de las anomalías de la naturaleza

La alteración de nuestra relación con los ecosistemas genera efectos adversos en nuestra salud impredecibles. Valladares mencionó, por ejemplo, que las oleadas de polvo del desierto que han sufrido España e Italia han causado un mayor número de problemas respiratorios y nos han hecho más vulnerables ante el virus. Porque, según describió, la naturaleza funciona por medio de un ensamblaje preciso de piezas. Si falta o se le quita una de ellas, nos enfrentamos a graves problemas, como el de exponernos a cargas víricas anómalas.

El medioambiente no es un sumidero de gasto, sino de inversión para nuestra salud.

Fernando Valladares

“Nada. Ningún Estado, ni nadie, puede sustituir el papel protector de la biodiversidad ante amenazas como una pandemia vírica”. Y la OMS ya advierte que la próxima puede ser peor que esta, afirmó el investigador. 

Por último, Valladares quiso recordar que desde hace más de 10 años se observa que la naturaleza “ha perdido ya su capacidad de amortiguar y diluir nuestros desastres”.

SOCIEDAD Y POLÍTICA

La académica señaló tres características de los efectos, a nivel social, que ya se producen durante esta crisis del Covid-19. 

“Primera: La incertidumbre”. Algo que no llevan muy bien las sociedades occidentales. Y debemos prepararnos, porque los científicos nos advierten de que pandemias de este tipo podrían ser más recurrentes, según Monge. 

Segunda: Nuestro redescubrimiento como seres sociales e interdependientes. Y por ello, también, el de nuestra propia vulnerabilidad. 

Hemos pasado de ser espectadores de historias distópicas a protagonistas de las mismas. Y no sabemos qué hacer.

Cristina Monge

Tercera: La interconexión requiere redes de mayor protección, como, por ejemplo, en nuestras comunicaciones informáticas. Ello es clave para no vivir con permanente miedo. El episodio de un intento de ataque al sistema informático de la red de hospitales públicos, durante esta epidemia, es algo que podría haber tenido consecuencias devastadoras.

ECONOMÍA

El economista advirtió que no es sólo existe el problema que se genera de acceso al trabajo. Hoy mismo la mayoría de niños y niñas estudian a través de aplicaciones online, desde el confinamiento de sus casas. Pero, “¿qué pasa si en tu casa no hay conexión o no tienes un ordenador con suficiente capacidad? Lo que se está generando es una nueva desigualdad dentro de la desigualdad que dejó la crisis anterior”. 

Desde el 2008, no hemos sido capaces de cambiar el modelo, afirmó Martín, debido a la fragilidad del sistema económico español. Un virus es capaz de colapsar la economía. Un dato relevante: durante toda la crisis de 2008, la economía española cayó 8 puntos. Para este año, sin embargo, ya hay estimaciones de una caída de más de 9 puntos. “Aunque rebotaremos más rápido seguramente”, anticipó Martín. 

La crisis del virus suma desigualdad a la desigualdad que ya existía desde la del 2008.

José Moisés Martín

A nivel global, recientemente se venía observando un cambio paulatino en el discurso que acompaña a la economía. Un matiz más consciente de su impacto en lo social, o en la biodiversidad, por ejemplo. Pero no ha dado tiempo a que cuaje.

Las Propuestas Para El Día Después. 

DESDE LA SALUD GLOBAL

“Los Estados ya no puede resolver problemas globales por sí solos.  Hay que tratar globalmente los retos más urgentes”, dijo Rafa Vilasanjuán. El medioambiente, la salud, la movilidad y la demografía, por citar algunos ejemplos, compete a todos. 

Mejorar la conexión entre la evidencia científica y los tomadores de decisiones para anticiparnos a crisis como la actual, es otro de los aspectos imprescindibles mediante el impulso de consensos que vayan más allá del interés político. 

“Nuestra sociedad cambia cuando algo le toca de cerca”, dijo Vilasanjuán. Para el cambio de conducta deben interactuar y potenciarse todas las ciencias, tanto las puras, como las ciencias sociales y las humanidades. No existe ni un solo modelo matemático que cambie la conducta de las sociedades. Nos mueve lo que nos conmueve. 

DESDE LA EMERGENCIA CLIMÁTICA

“Los ODS son una buena herramienta, aunque necesite ajustes. No hay nada más global que el medioambiente”, afirmó Valladares, quien además introdujo la pregunta acerca de a qué normalidad se quiere volver. “Yo no quiero volver a esa normalidad que ha destruido el medioambiente”. Y para ello destacó tres aspectos a poner en valor: 

  • La infraestructura verde
  • La restauración ecológica
  • Las energías renovables. 

Concluyó con una recomendación: revisar algunos asuntos con honestidad, al hilo del último punto sobre el modelo energético. ¿Cómo es posible que en un país con el sol que tiene España, no estén más implantadas infraestructuras y generación de energía solar?

DE LA ECONOMÍA

El camino hacia un nuevo modelo de política económica, destacó José Moisés Martín, pasa seguramente, por hacer caer algunos dogmas, como el del miedo al déficit. No habrá otra forma de paliar el impacto económico y social de esta crisis. Y apuntó varios aspectos que deben centrar ese modelo nuevo del Día Después: 

  1. El elemento central: la lucha contra la desigualdad.
  2. La sostenibilidad. El monstruo del cambio climático seguirá ahí cuando esto pase. Nos obliga a rediseñar nuestro sistema productivo.
  3. Resiliencia. Hacer economías “anti-frágiles”.
  4. Redefinir la relación de las ciudades con el campo. ¿Cuánto pueden aguantar las ciudades sin suministro de alimentos? ¿Cómo mantener cadenas resilientes?
  5. Un paso adelante hacia una gobernanza económica global. La última gran alianza de cooperación económica fue Bretton Woods, hace más de 80 años.
  6. Acelerar el cambio de modelo de las empresas. En Davos, el año pasado, se pudo observar el inicio de ese cambio. El único objetivo de las empresas ya no es generar valores y ganancias para el accionista. Si las empresas no aportan y se imbrican en el cambio social, o en el fomento de la biodiversidad, el propio mercado las echará.

DESDE LO POLÍTICO Y LO SOCIAL

Cristina Monge observa un cambio que se produce ya en los miles de iniciativas sociales y ciudadanas para echar una mano que han surgido a raíz de la crisis. “Una vez más, se demuestra que, en momentos duros, las sociedades reaccionan”.

Una cosa positiva es que ante situaciones como esta, no hay nada escrito. Eso nos abre una oportunidad para crear nuevas recetas de soluciones.  

Redefinir la seguridad es otro de los grandes aspectos a tener en cuenta el Día Después. Una seguridad que ya no depende tanto de policía o ejércitos, sino de mecanismos de resiliencia y de reducción de la desigualdad. Esto último influye también en la seguridad. 

La desindustrialización nos lleva a tener que comprar fuera lo que aquí ya no producimos. Si diversificamos nuestra economía y desarrollo industrial, tendremos más capacidad de defendernos ante una crisis.  

Remodelar la comunidad. El colegio atenúa las desigualdades. Por eso, si los niños tienen que pasar más tiempo en sus casas, con sus familias, no pueden sufrir por ello una brecha mayor.  Debemos trabajar en la reducción de las desigualdades en el ámbito familiar y comunitario.

DEL MODELO DE GOBERNANZA GLOBAL

Ante una de las preguntas más recurrentes de los participantes, todos los expertos coincidieron en señalar dos puntos clave: 

  • Las herramientas que idearon nuestros abuelos tras la Segunda Guerra Mundial ya no sirven. Hay que pensar en otras y dotarlas de poder de decisión, como a la ONU, por ejemplo, que no sea solo una suma de Estados que actúan independientemente.
  • Una nueva gobernanza significa compartir más, con una perspectiva más interconectada y colaborativa. Y que sea global quiere decir que sea de todos, no de alguien en particular.
  • Resistir la tentación de un enfoque nacionalista sobre retos globales.
  • La complejidad de los problemas requiere reunir nuevamente a todos los saberes, las disciplinas, para crear conocimiento, opinión e influencia.
  • Los ODS como hoja de ruta en la que participar desde nuestros ámbitos locales y globales. Es un reto de todos. 
Y los abrazos del Día Después

En la introducción al debate advertía Mónica Oviedo, a cargo de la gestión de sostenibilidad del grupo Iberdrola, de que la alianza que impulsa este evento tiene el reto de acelerar el cumplimiento de los compromisos de la Agenda 2030. “Pero la crisis de este virus nos fuerza ahora a la transformación ineludible”.

Por su parte, Carlos Mataix, director del Centro de Innovación en Tecnologías para el Desarrollo Humano itdUPM, otra de las organizaciones impulsoras de la Red, apuntó que las medidas que se están tomando ahora para protegernos de este virus tendrá efectos duraderos en nuestro día después. Y espera que ese día sea sostenible e inclusivo.

Por ello, esa plataforma se abre a todos para materializar esos valores. “Invitamos a científicos y académicos, empresas, instituciones públicas y sociedad civil. Todos son necesarios”.  Y se conectará además con iniciativas similares en otros países. “Queremos aprovechar la inteligencia colectiva posible para dar con un foro que siga funcionando una vez que podamos salir de nuestras casas”. 

Antes, durante la intervención de Fernando Valladares, se habló de los abrazos. Se recordó que el Día Después será el de los abrazos, sí. “Pero que sean no sólo por haber vencido a la pandemia sino por haber fortalecido los mecanismos que nos protejan de la próxima”, concluyó.  

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