¿Qué aspectos debemos revisar en el nuevo contrato social? Un debate abierto a redes y organizaciones

La última mesa en plenario de los III Diálogos para El Día Después, moderada por Mónica Oviedo y Joan Roca, tuvo como objetivo fundamental continuar la discusión sobre la revisión del contrato social invitando a dialogar sobre el mismo a distintas personas y redes. Con el fin de iniciar una conversación sobre esta temática, se compartió una propuesta de preámbulo para este nuevo contrato social titulado “Diálogos para los nuevos fundamentos del contrato social”, un documento generado desde la asociación que sigue en evolución y abierto a nuevas aportaciones.

La sesión se centró en identificar temas clave para la construcción de un nuevo contrato social contando con las aportaciones de redes, organizaciones y personas expertas presentes en Soria. Un punto destacado fue la necesidad de reforzar la democracia, creando un espacio de diálogo que trascienda el mero acto de votar. Cristina Monge (Universidad de Zaragoza, politóloga y socióloga), tras realizar un repaso de la sesión del día anterior planteó cómo reforzar las democracias y propuso  la idea de una «democracia de apropiación», que se manifiesta en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana y no solo en las instituciones.

La democracia enfrenta hoy dos grandes retos: las desigualdades y el cambio climático. Según Joan Herrera (URV, experto en energía y medio ambiente), «el cambio climático es el mayor reto de la humanidad», pero la lucha contra el mismo carece de un marco de acción común. Es fundamental que la transición energética que se avecina sea justa y que fomente un retorno a los territorios afectados, reconociendo que «el reto no es solo tecnológico, sino de gobernanza y empoderamiento».

Beatriz Novales (Oxfam Intermón España) subrayó el impacto de las desigualdades en la democracia, destacando la importancia de mirar más allá de las estadísticas. Las desigualdades no son solo económicas, remarcó; abarcan aspectos como el acceso a la vivienda, la salud y la educación, así como la discriminación racial y las relaciones de poder. «No dejemos a nadie atrás», instó Novales, haciendo un llamado a reconocer a las personas que están quedando fuera y destacando la necesidad de incluir todas estas voces para pensar un nuevo contrato social.

La necesidad de buenos empleos fue otro tema recurrente en concordancia con la mesa anterior. Jordi Alberich (Cercle d’Economia) resaltó que, más allá del sustento material, el trabajo satisface necesidades humanas fundamentales de arraigo y reconocimiento. Sin embargo, la sociedad enfrenta dificultades debido a un capitalismo que legitima que una parte de la población quede excluida del progreso. La huida de la clase media de los servicios públicos esenciales se añade a esta problemática.

Las personas migrantes son quienes enfrentan las peores consecuencias de la desigualdad, según Gonzalo Fanjul (Fundación PorCausa), quien abogó por un reconocimiento del «contrato racial» como parte del nuevo contrato social. «Es necesario reconocer que hoy somos una sociedad distinta», enfatizó, invitando a un debate sobre la representación simbólica y real de las personas racializadas en espacios de poder.

En el ámbito de la vivienda, Albert Sala (Ingeus España) destacó su papel fundamental en la construcción de una clase media amplia y su consideración como un pilar del Estado de Bienestar. En su intervención expreso que se necesitan nuevas políticas de vivienda que integren los servicios sociales y promuevan alianzas público-privadas para abordar estos desafíos.

El papel de la infancia también fue destacado por Marta Contreras (UNICEF España), quien recordó que «la infancia es nuestro futuro» y que sus derechos están siendo vulnerados en múltiples frentes, desde la pobreza hasta la violencia. La construcción de una sociedad inclusiva debe incluir la participación activa de los jóvenes.

Por último, Candela de la Sota (REDS-SDSN Spain) resaltó la importancia de la dimensión personal en la revisión del contrato social. «El cambio sistémico que necesitamos está relacionado con la transformación a nivel personal», afirmó, sugiriendo que sin un fortalecimiento de cualidades humanas como la empatía y la compasión, cualquier intento de redefinir el contrato social sería superficial.

Las intervenciones del público posteriores también enriquecieron enormemente la conversación, destacando la necesidad de ir más allá del diagnóstico y plantear preguntas fundamentales sobre qué constituye una buena vida y ahondando en cuestionamientos sobre cómo podemos, colectivamente, renovar el contrato social. En El Día Después, este espacio de diálogo sigue abierto a la participación y aportes de todos aquellos actores y redes que busquen contribuir a la construcción de un contrato social más inclusivo, equitativo y sostenible.

¿Qué aspectos debemos revisar en el nuevo contrato social? Un debate abierto a redes y organizaciones

La última mesa en plenario de los III Diálogos para El Día Después, moderada por Mónica Oviedo y Joan Roca, tuvo como objetivo fundamental continuar la discusión sobre la revisión del contrato social invitando a dialogar sobre el mismo a distintas personas y redes. Con el fin de iniciar una conversación sobre esta temática, se compartió una propuesta de preámbulo para este nuevo contrato social titulado “Diálogos para los nuevos fundamentos del contrato social”, un documento generado desde la asociación que sigue en evolución y abierto a nuevas aportaciones.

La última mesa en plenario de los III Diálogos para El Día Después, moderada por Mónica Oviedo y Joan Roca, tuvo como objetivo fundamental continuar la discusión sobre la revisión del contrato social invitando a dialogar sobre el mismo a distintas personas y redes. Con el fin de iniciar una conversación sobre esta temática, se compartió una propuesta de preámbulo para este nuevo contrato social titulado “Diálogos para los nuevos fundamentos del contrato social”, un documento generado desde la asociación que sigue en evolución y abierto a nuevas aportaciones.

La sesión se centró en identificar temas clave para la construcción de un nuevo contrato social contando con las aportaciones de redes, organizaciones y personas expertas presentes en Soria. Un punto destacado fue la necesidad de reforzar la democracia, creando un espacio de diálogo que trascienda el mero acto de votar. Cristina Monge (Universidad de Zaragoza, politóloga y socióloga), tras realizar un repaso de la sesión del día anterior planteó cómo reforzar las democracias y propuso  la idea de una «democracia de apropiación», que se manifiesta en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana y no solo en las instituciones.

La democracia enfrenta hoy dos grandes retos: las desigualdades y el cambio climático. Según Joan Herrera (URV, experto en energía y medio ambiente), «el cambio climático es el mayor reto de la humanidad», pero la lucha contra el mismo carece de un marco de acción común. Es fundamental que la transición energética que se avecina sea justa y que fomente un retorno a los territorios afectados, reconociendo que «el reto no es solo tecnológico, sino de gobernanza y empoderamiento».

Beatriz Novales (Oxfam Intermón España) subrayó el impacto de las desigualdades en la democracia, destacando la importancia de mirar más allá de las estadísticas. Las desigualdades no son solo económicas, remarcó; abarcan aspectos como el acceso a la vivienda, la salud y la educación, así como la discriminación racial y las relaciones de poder. «No dejemos a nadie atrás», instó Novales, haciendo un llamado a reconocer a las personas que están quedando fuera y destacando la necesidad de incluir todas estas voces para pensar un nuevo contrato social.

La necesidad de buenos empleos fue otro tema recurrente en concordancia con la mesa anterior. Jordi Alberich (Cercle d’Economia) resaltó que, más allá del sustento material, el trabajo satisface necesidades humanas fundamentales de arraigo y reconocimiento. Sin embargo, la sociedad enfrenta dificultades debido a un capitalismo que legitima que una parte de la población quede excluida del progreso. La huida de la clase media de los servicios públicos esenciales se añade a esta problemática.

Las personas migrantes son quienes enfrentan las peores consecuencias de la desigualdad, según Gonzalo Fanjul (Fundación PorCausa), quien abogó por un reconocimiento del «contrato racial» como parte del nuevo contrato social. «Es necesario reconocer que hoy somos una sociedad distinta», enfatizó, invitando a un debate sobre la representación simbólica y real de las personas racializadas en espacios de poder.

En el ámbito de la vivienda, Albert Sala (Ingeus España) destacó su papel fundamental en la construcción de una clase media amplia y su consideración como un pilar del Estado de Bienestar. En su intervención expreso que se necesitan nuevas políticas de vivienda que integren los servicios sociales y promuevan alianzas público-privadas para abordar estos desafíos.

El papel de la infancia también fue destacado por Marta Contreras (UNICEF España), quien recordó que «la infancia es nuestro futuro» y que sus derechos están siendo vulnerados en múltiples frentes, desde la pobreza hasta la violencia. La construcción de una sociedad inclusiva debe incluir la participación activa de los jóvenes.

Por último, Candela de la Sota (REDS-SDSN Spain) resaltó la importancia de la dimensión personal en la revisión del contrato social. «El cambio sistémico que necesitamos está relacionado con la transformación a nivel personal», afirmó, sugiriendo que sin un fortalecimiento de cualidades humanas como la empatía y la compasión, cualquier intento de redefinir el contrato social sería superficial.

Las intervenciones del público posteriores también enriquecieron enormemente la conversación, destacando la necesidad de ir más allá del diagnóstico y plantear preguntas fundamentales sobre qué constituye una buena vida y ahondando en cuestionamientos sobre cómo podemos, colectivamente, renovar el contrato social. En El Día Después, este espacio de diálogo sigue abierto a la participación y aportes de todos aquellos actores y redes que busquen contribuir a la construcción de un contrato social más inclusivo, equitativo y sostenible.